A las ridículas declaraciones del presidente de Argentinos Juniors, Cristian Malaspina, quien dijo que «al fútbol argentino hay que cuidarlo entre todos», y que por eso River no debería jugar en su predio de Ezeiza, basta con mostrarle que a su estadio le faltan dos tribunas, justo detrás de cada arco y, cuando los jugadores apuntan mal, la pelota va a parar a la calle o a los techos de las casas, literalmente.

A su vez, cuando menciona que el reglamento exige estadios con aforo para 15 mil personas, habria que hacerle saber a este señor, que el fútbol se va a jugar sin público !!!

Ah, pero esta persona es el vicepresidente primero de la Liga Profesional de Fútbol. Así estamos.

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