River perdió la final de la Supercopa Internacional ante Talleres tras haber igualado sin goles en los 120 minutos que se jugaron en el estadio de Cerro Porteño, en Paraguay, en una definición por penales en la que de estar arriba (con dos atajadas de Armani), no pudo quedarse con el título.
Tan torcida fue la noche de River en Asunción, que hasta Gonzalo Montiel erró su disparo desde los 12 pasos, siendo la primera vez en su carrera que no logra convertir un penal.
Así, de estar 2-1 arriba en la definición por la buena actuación de Armani, terminó perdiendo 2-3 por los penales errados por Rojas, Colidio (si convertía definía la serie) y Lanzini.
Antes, hubo un partido de fútbol que fue un despropósito total. Bajo una temperatura sofocante fue prácticamente imposible que se pudiera jugar. El valor sofocante de Asunción llevó a que ambos equipos carecieran de ideas pero por sobre todas las cosas frescura física y mental.
A todo eso, hay que resaltar que el árbitro nunca frenó el encuentro para que los futbolistas se refrescaran.
Es cierto que River sigue buscando su identidad futbolística. Por momentos encontró desarrollar su juego, en otros lo equilibró Talleres. De esta manera tuvieron que jugar tiempo suplementario, en el que no se modificó el resultado y se definió por penales con lo ya descripto.
De no creer.